viernes, 22 de febrero de 2008

¿Còmo se gesta Muñiz?

Estuvimos ensayando este espectáculo entre marzo y noviembre de 2006, luego de haber compartido varios seminarios clown y, con algunos de los actores, un anterior varieté clown.
No queríamos hacer otro varieté de números y tampoco queríamos hacer una adaptación “clown” de algún texto teatral (algunos pasamos también por esa experiencia), quizá por muy vista o para no caer en un lugar comùn, al menos para nosotros, algo muy remanido, muy hecho.
Nos pusimos a investigar (a partir de unos ejercicios propuestos) sobre el tema de la espera. Payasos esperando (también quizá esté muy hecho pero nos entusiasmamos con esto). Ese fue el disparador inicial. A partir de ahí surgió un mundo algo onírico y una serie de situaciones
(algunas un poco beckettianas, otras no tanto) en donde los payasos accionan en función de la espera en este no-lugar, en esta estación que presenta en la interpretación (pues son payasos actuando) un lugar muy similar (en cuanto al vacío al menos) a la pista de circo.
Allí intentarán los vínculos con ese presente y esa nada de la estación y de la espera.
Nos parece interesante también la propuesta del tratamiento espacial.
La escena se desarrolla en dos espacios en la ficción: los andenes enfrentados, representados por un único espacio escénico real que será alternativamente el andén uno y el andén dos. Los cambios escénicos, el volver al otro andén casi cinematográficamente, implica una serie de desmontajes y montajes de la escena, que funciona como “efecto” y “habilidad” de payasos/actores/ operadores escénicos. También vemos como muy remanido y usado el recurso del clown “operador escénico” que se equivoca y las cosas le salen mal y el efecto cómico que eso produce. Por lo que decidimos no utilizar ese recurso, decidimos que no se vea “lo mal que nos sale” sino intentar hacerlo bien realmente, detrás y delante de patas, en los apagones y en la luz; y que lo cómico esté no ahí sino en la situación dramática, en el juego y en los espacios de improvisación y complicidad con el público.
Para la puesta en escena nos basamos en un guión de situaciones, por lo que si bien algunos momentos de las escenas están coreografiados, hay otros en donde la situación se desarrollará de modo diferente, dependiendo en cada función, de la comunicación con el público y lo que el
juego de los payasos produzca.
El doble juego de trabajar con el público en permanente complicidad y a la vez intentar establecer la situación teatral, la ficción: mientras los payasos miran al público, juegan que allí mismo donde están los espectadores están las vías del tren.
Imbuidos en ese mundo de esperar, aún cuando y donde cualquier persona normal hubiera desistido, son positivos en la espera. El lugar en donde están, es un lugar de ensueño, es un mundo ingobernable donde las cosas suceden sin causas aparentes, sin lógica.
Un mundo poético, que se toca con el teatro del absurdo en algún punto no tan tangencial, donde cosas tan trágicas como la soledad, la imposibilidad del amor, la desesperación, el fracaso de todo emprendimiento, se cruzan con la enfermiza positividad de los payasos.
g.y.

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